Eduardo Manostijeras es la historia de un viejo inventor que un día decide crear un hombre a partir de un robot que pica verduras; por desgracia el inventor fallece antes de terminarle por completo, dejando sus manos hechas de tijeras. El joven, Edward, pasa mucho tiempo encerrado en la vieja mansión hasta que un día acierta a pasar por ahí una amable vendedora de cosméticos llamada Peg, madre de familia, quien decide llevárselo a su casa compadecida por la inocencia del chico. Edward pasa por incomprendido por todos los vecinos curiosos que rodean el vecindario quienes parecen absolutamente incapaces de comprender la belleza de corazón de Edward y lo tratan como una especie de fenómeno de feria. Edward, sin embargo, se enamora de la hija de Peg, Kim. Por el otro lado, Winona(Kim) también está enamorada de Edward, sin embargo, tiene novio, el cual resulta ser un hombre que lo único que quería, era aprovecharse de la injenuidad de Edward para encarcelarlo, al darse cuenta del amor que hay entre Edward y Kim.Ya en el final de la historia, Kim se logra dar cuenta que lo que sentía por Edward era amor, y que su novio, no era el hombre del que alguna vez estuvo enamorada, pero los celos de su novio llegaron a tal punto, de tratar de matar a Edward, pero lo único que logra, fue matarse a sí mismo. Edward, sin embargo, resulta ileso. Edward regresa a su castillo, pero jamás dejó de amar a Kim, y viceversa, ya, al llegar a vieja, Kim relata esta bella historia a su nieta, y esta le sugiere ir a ver al hombre del cual se enamoró de joven, ella insistentemente le dice que ella prefiere recordarlo como era, y que el la recuerde como era entonces, antes de llegar a la 3ª edad.
Se trata de una formidable joya poética que suma talentos varios: la máscara sin igual de Johnny Deep, la música de Danny Elfman, y por sobre todo la vigorosa realización de Tim Burtom, con vestuario, decorados, dirección de fotografía, etc., como verdadero ejemplo de arte cinematográfico. Una de las imperdibles de siempre.
1 comentario:
La banda sonora de esta película (a cargo de Danny Elfman) es simplemente magistral. Sinceramente, creo que esta película no sería lo mismo sin la intervención de Elfman.
A propósito, acá en Chile se llama "El joven manos de tijera" ... Detalles geográficos... supongo.
Buen blog, Saludos.
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